Propongo
Apreciar las estrellas fugaces
y la subida y bajada de las mareas
y la increíble variedad de flores
los insectos y la yerba mojada
el amanecer como una bonita canción
la luna llena amarilla entre los edificios
apreciar la suavidad de los buenos momentos
la poderosa suavidad
de los buenos momentos.
Pedro del Pozo
(Y tú ¿qué propones? Comentad)
Odio
Me faltan algunos odios todavía.
Estoy seguro de que existen.
L. F. Céline
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el locutor deportivo
de la radio del vecino
esos domingos por la tarde.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el macaco de uniforme
que sentencia -arma
al cinto- que el semáforo
no estaba en ámbar, sino en rojo.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el cívico paleto
vestido de payaso
que te dice
que no se permiten perros
en el parque.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con la gente que choca contigo
por la calle
cuando vas cargado
con las bolsas de la compra
o un bidón de queroseno
para una estufa
que en cualquier caso
no funciona.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con los automovilistas
cuando pisas un paso de peatones
y aceleran.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el neandertal en cuyas manos
alguien ha puesto
ese taladro de percusión.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
cuando le dejas un libro a alguien
y te lo devuelve en edición fascicular.
El odio es una edición crítica
de Góngora.
El odio son las campanas
de la iglesia
en mañanas de resaca.
El odio es la familia.
El odio es un cajero
que se niega a darte más billetes
por imposibilidad transitoria
de comunicación con la central.
El odio es una abogada
de oficio
aliándose con el representante
de la ley
a las ocho de la mañana
en una comisaría
mientras sufres un ataque
de hipotermia.
El odio es una úlcera
en un atasco.
El odio son las palomitas
en el cine.
El odio es un cenicero
atestado de cáscaras de pipa.
El odio es un teléfono.
El odio es preguntar por un teléfono
y que te digan que no hay.
El odio es una visita
no solicitada.
El odio es un flautista
aficionado.
El odio
en estado puro
es retroactivo
personal
e intransferible.
El odio es que un estúpido
no entienda
tu incomprensión,
tu estupidez.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con este poema
si tu pluma
valiera
su pistola.
Roger Wolfe
(Y tú, ¿qué odias? -os recuerdo que ese el ejercicio para el próximo miércoles-)
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Y a continuación nuestro cadáver exquisito ciego:
Propongo
Propongo
escuchar las canciones
propongo
apreciar la bella vida
y gustarse todos los días
cuidar a los seres queridos
cantar a la libertad
escuchar a la lluvia cuando no está lloviendo.
Propongo enterrar nuestros teléfonos móviles.
Negro y blanco.
Propongo
querer a los niños y a sus padres
sonreír y alegrarse
no olvidar los besos dulces
y abrazar fuerte.
A mí no me gusta trabajar.
Propongo amar y admirarnos unos a otros.
Propongo sonreírse
propongo escribir propongo cantar.
Propongo deleitarnos con la lengua española.
Propongo traducir.
Propongo comprender.
Propongo comer.
Propongo dibujar. y después repetir.
Como podéis ver hay de todo, desde quien tenía hambre o ganas de fiesta hasta quienes nos recuerdan la importancia de las grandes cosas como el amor o las pequeñas como la lluvia o "lo innecesario". ¡Gracias a todos!
Propongo partecipar en este blog! :-)
ResponderEliminarodio la envidia
ResponderEliminarYo odio si pierdo una cosa, pero sonreyo, cuando la encuentro.
ResponderEliminarOdio cuando falla Internet, cuando lo necesito mucho.
Y a veces odio si pregunto algo y no me quieren escuchar!
Odio la gente sin conciencia, sin verguenza. Me siento el odio... y despues la tristeza.
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