Muchas gracias a Francisco Apaolaza por su columna de opinión publicada en La Voz de Cádiz ayer 29/04/2011. El enlace aquí y a continuación el texto completo:
Siberia y Cádiz
Junto a las piedras del Castillo de San Sebastián flotan las viyuelas y el Yenisei arrastra tropezones de icebergs. En La Viña, piba es una piba y en Krasnoyarsk, una cerveza. Al Sur del Sur se rozan los 40 con Levante en calma, en la estepa los 40 bajo cero. Es difícil encontrar dos tierras tan lejanas como Cádiz y Siberia. Y cómo es que tras ese abismo, dos pueblos son capaces de encontrarse y tomarse de los hombros. Obró el milagro hace unos días la Semana Cultural Española en la Universidad Federal de Siberia, con un cartel de feliz frenopático construido por el profesor y periodista gaditano Pablo Terradillos, que fuera hasta hace un tiempo parte fundamental de este periódico.
Pasó sin uno darse cuenta cuando Julia Vavílova, bailaora siberiana, levantó los brazos, cuando Karim Aljende dio a probar el gazpacho de su abuela y Olga Chistova recitó en su dulce ruso los poemas de David Eloy y José María Gómez Valero. Sonaban entre el humo Pasternac y Jardiel Poncela y el eclipse borró las distancias con los versos de Carmen Camacho y Rosario Delgado, y las teorías de Alberto Porlan. Sucedió cuando Dani Mata y Enrique Mengual se arrancaron por rumbas. Por la mañana, a Tania se le hizo un nudo en la garganta con una carrera en las astas por la calle Estafeta. Al calor de la noche, Miguel Ángel García Argüez se vino arriba por 'Los Infieles', Lolo Ortega componía un pasodoble ruso con una música del Noly y la Fundación de Raperos Atípicos de Cádiz conseguía que ante la propuesta de currar 25 horas más, la discoteca entera respondiera: 'teskiarcarajoyá!'. Sin darse cuenta daban respuesta al teorema: somos humanos en Cádiz, en Siberia y en Pekín. Guárdense las alambradas y las murallas donde les quepan.
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